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Cómo crear una buena conexión con nuestros hijos

Actualizado: 29 ago 2022

¿Sabías que la necesidad más importante de tu hijo es la conexión con sus padres o cuidadores?


La necesidad de conexión está programada en ellos ya que no podrían sobrevivir por sí mismos, y si no se conectan con sus padres o cuidadores, conectarán con otras personas o de otras maneras. Así podríamos explicarnos cómo es que las redes sociales y los videojuegos se han convertido a veces en un sustituto de las conexiones.


Esta conexión no depende solamente de la atención a sus necesidades físicas o materiales, sino de la interacción afectiva y emocional que se tenga con ellos. La mayoría de los padres están muy ocupados, ya sea buscando el sustento de sus hijos o en las actividades cotidianas, que absorben gran parte de su tiempo. Pero en ocasiones olvidan que la paternidad también implica relacionarse, y esa relación, es la conexión emocional.

Pero no se trata de cualquier relación, porque estar juntos no significa estar conectados.

Conectarnos emocionalmente con nuestros hijos implica:

  1. Primero, ser receptivos a sus necesidades emocionales, es decir, poder reconocer en un momento dado qué es lo que necesitan: atención, una muestra de afecto, un abrazo, que les enseñes, que les ayudes, que los animes, que les des un consejo, que juegues con ellos, que rías con ellos, que llores con ellos.

  2. Y la otra es ser responsivos, es decir, no basta con darnos cuenta de lo que nuestros hijos necesitan, sino que es necesario poder responderles al mismo nivel emocional que ellos lo está requiriendo.

Pero muchas veces sucede que nosotros mismos como papás, no estamos conectados con nuestras emociones, entonces, si es así, difícilmente podremos reconocer lo que nuestros hijos están necesitando, y no se los podremos dar; o descalificaremos su necesidad, o les daremos algo distinto.

Por ejemplo, ser responsivo a nivel emocional significa darle lo que necesita sin juzgarlo.

Si está triste y lo que necesita es consuelo, no lo descalifiques, ni minimices sus emociones. No le digas: “No es para tanto, o no deberías estar triste”, sino más bien dale lo que necesita: un abrazo, una muestra de afecto, palabras de consuelo. Esto le ayudará a recuperarse y a confiar más en ti. De otra manera, estaremos debilitando, sin darnos cuenta, la posibilidad de establecer una conexión emocional, pues llegará el momento en que ellos ya no acudan a nosotros, porque aprenderán que no pueden encontrar en nosotros lo que ellos necesitan.

Es verdad que esta disponibilidad emocional requiere de un gran esfuerzo de nuestra parte, pues además de trabajar, atender la casa, las tareas, la comida, etc. debemos tener nuestras antenitas bien levantadas para poder captar estas necesidades emocionales de nuestros hijos, sin embargo, vale la pena.


En conclusión, diríamos que la conexión, es la relación. La forma en cómo respondemos e interactuamos con nuestros hijos les comunica amor y apoyo, y contribuye a fomentar la conexión emocional más que cualquier cosa que les podamos dar, decir o enseñar.

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